martes, 14 de abril de 2015

La Cartuja De Miraflores

es La Cartuja de Miraflores se encuentra a unos tres kilómetros de la ciudad. Debido a su abundancia en caza, en pesca y su riqueza paisajística se la puso el nombre de “Miraflores”. Fue construido por Enrique III de Castilla como pabellón real que terminó siendo de la fundación de un convento franciscano.
Su hijo Juan II se lo ofreció a la Orden de San Bruno. Finalmente, en 1442, los Cartujos se hicieron con ella siendo únicamente cinco monjes y un hermano. Sobre el año 1450 cuando las obra ya casi habían finalizado un incendió lo devastó y 1454 se comenzaron nuevas construcciones de Juan de Colonia, el cual es el autor de algunas de las obras de la catedral de Burgos. El nuevo convento empezó con un primer claustro que da paso a la iglesia. El claustrillo se divide en 26 celdas numeradas de la “a” a la “z” en la que se encuentra una planta para el trabajo y otra para la oración, el descanso y estudio con su jardín cerrado.
Hubo una etapa en la que las obras se quedaron paradas hasta el reinado de Isabel la Católica. La zona más cercana estaba reservada para seglares varones y tenían prohibida la entrada a mujeres.
La iglesia destaca por las magníficas obras de arte que posee como la tabla de la Anunciación de Pedro Berruguete, las tablas de la Vera Cruz o la famosa imagen de San Bruno. También se encuentra en el museo una réplica de Santiago Apóstol el cual fue robado a comienzos del s.XX y que hoy se expone en The Cloisters de Nueva York.. La rica iluminación del templo se debe a los grandes ventanales ojivales. También contiene unas vidrieras que en principio eran siete, y “milagrosamente” se llegaron a conservar tres de ellas y se cree que desarrollaban el ciclo de la Virgen y la infancia de Jesús.

En el interior se pueden mencionar como los más importantes los sepulcros del infante Alfonso, del rey Juan II y de su esposa, Isabel de Portugal, obras de Gil de Silóe, y también el increíble retablo mayor.

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