La lluvia ácida daña los monumentos construidos en hormigón, mármol y roca
caliza, que son sensibles al ataque por ácidos.
La lluvia ácida se forma:
Cuando los líquidos
ingresan ácidos al interior de estos materiales disuelven sus componentes y
producen el deterioro.
Cuando la humedad que se encentra en el aire combina con los óxidos de nitrógeno como el dióxido de azufre y el trióxido de azufre emitidos
por fabricas que queman el carbón o derivados de petróleo o que contengan
azufre.
Estos gases con el agua de la lluvia se combinan y forman ácidos
nítricos, ácido sulfúrico y finalmente penetra en la tierra y da lugar a la
lluvia ácida.
Cuando se produce dicha lluvia se pueda provocar deterioro
en el medio ambiente.
Por este motivo la catedral está siendo restaurada desde
1994 y, por ello, es el monumento europeo que más fondos está recibiendo para su
restauración.
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